LA LÍNEA
LA LÍNEA
Paul Klee - “Juego en el agua”, 1935
Sirve para conectar dos puntos en el espacio. Podemos definirla como la unión o aproximación de varios puntos. Casi siempre genera dinamismo y definen direccionalmente la composición en la que la insertemos. Su presencia crea tensión en el espacio donde la ubiquemos y afecta a los diferentes elementos que conviven con ella. Puede definirse también como un punto en movimiento o como la historia del movimiento de un punto, por lo cual tiene una enorme energía, nunca es estática y es el elemento visual básico del boceto.
Es un elemento indispensable
en el diseño, tiene en el gráfico la misma importancia que la letra en el
texto. Sus principales elementos son: la dirección con respecto a la página, su
longitud, su grosor o espesor, su forma recta o curva, color.
Tanto el punto como la línea
constituyen dos de los elementos esenciales desde los que parte cualquier
diseño, su correcto conocimiento y análisis permitirán la elaboración de un
concepto gráfico consecuente con las necesidades del cliente.
Es el elemento
resultante del movimiento del punto. Tiene dirección,
cuando esta es invariable tenemos una línea recta. Reemplazamos la palabra "movimiento" por
la palabra "tensión", que es la fuerza interior del elemento.
Hay líneas simples y
complejas; rectas, curvas, quebradas, onduladas.
Según su posición:
vertical, horizontal, inclinada.
Según el rastro: fina,
gruesa, difusa, irregular, precisa, etc.
Puede expresar suavidad,
dulzura, agilidad rigidez, reposo, brusquedad, fragilidad, fuerza, inseguridad,
imprecisión, indecisión, temblor, movimiento, dirección, etc.
Su
función puede ser objetual, de contorno, de sombreado o formando
texturas.
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